Organización Curricular Música

La asignatura de Música se estructura en torno a tres ejes fundamentales que estarán presentes en todos los niveles y de las Actitudes.

La asignatura de Música se estructura en torno a tres ejes fundamentales que estarán presentes en todos los niveles. Estos permiten tener una mirada comprensiva de los énfasis mencionados. El trabajo con cada uno de ellos y su interrelación propiciará a los alumnos una visión más amplia y completa de la música.

1. Ejes

  • Escuchar y apreciar
     

Este eje tiene como meta generar constantes espacios de escucha activa por parte de los estudiantes, con el fin de apreciar los sonidos y la música y reflexionar sobre ella. En primer lugar, implica descubrir los sonidos y las músicas que lo rodean, avanzando luego a conocer y analizar aspectos técnicos y expresivos del lenguaje musical, fomentar conexiones personales entre la música y las propias vivencias y emociones, y finalmente permitiendo el análisis, la apreciación y la crítica musical. Una escucha activa permitirá a los alumnos nutrir sus opiniones personales y sus creaciones a partir de su respuesta frente a lo escuchado.

Escuchar: vinculada directamente a los sentidos, se entiende la escucha activa como la actividad de educar la atención, recibir, interpretar y comprender la información que proviene de la audición. Sin embargo no existe una sola audición ya que cada persona incorpora sus experiencias y subjetividad frente al estímulo sonoro. En consecuencia, el resultado dependerá de la experiencia y la práctica particular de cada estudiante, y constituirá una experiencia distinta para cada uno. Es una actividad central en música y está presente en todas las instancias de la asignatura.

Apreciar: consiste en estimular la sensibilidad y el goce estético de los alumnos a partir de expresiones y obras musicales. El desarrollo de la apreciación permitirá a los estudiantes comunicar las ideas, las sensaciones y las emociones que les produce la música que escuchan, con crecientes grados de elaboración aplicando sus experiencias y conocimientos adquiridos.

Se debe considerar la utilización de todos los medios tecnológicos que hoy permiten enriquecer la audición. El uso de internet, software educativos y otras herramientas son un medio de aprendizaje y un verdadero aporte al alumno y a la música, pero no son un fin en sí mismo.
 

  • Interpretar y crear

Este eje incorpora toda actividad musical que surge como expresión. En música la respuesta frente a lo escuchado puede producirse a través de la interpretación o mediante una creación completamente novedosa. Interpretar y crear surgen como los dos componentes fundamentales de este eje.

Interpretar: La interpretación musical se entiende como la práctica de tocar y cantar obras o expresiones musicales con un fin comunicativo y expresivo por medio del cuerpo, la voz, objetos y/o instrumentos. En la educación básica, los juegos musicales tienen un papel importante en el desarrollo de esta habilidad, ya que, junto con lograr destrezas motrices necesarias, fomentan la creatividad y la musicalidad en el alumno, y también habilidades sociales fundamentales tanto para el quehacer musical como para la vida. La interpretación se focalizará hacia una expresión comprensiva, personal y creativa.

Crear: la música es un lenguaje generativo, por lo que la creación es fundamental en el conocimiento, la transmisión y el enriquecimiento de la música. La creación contempla todo aporte que el alumno pueda realizar en el ámbito sonoro, desde una pequeña variación en un esquema rítmico o melódico, una improvisación, experimentaciones sonoras con un fin lúdico o expresivo, hasta la creación de una obra completa. A partir del juego musical, la experimentación, el conocimiento sistemático de diferentes técnicas, el desarrollo paulatino de ciertas habilidades y la profundización en el lenguaje musical, el alumno podrá enriquecer su trabajo creativo, lo que contribuirá a una mayor motivación hacia su aprendizaje y ampliará sus formas de ver, escuchar y apreciar el mundo musical.

Se propone un modelo flexible del proceso creativo, centrado en la generación de ideas personales y en la retroalimentación constante del docente y de los estudiantes. Especialmente en los primeros niveles, existen muchas actividades y juegos que abordan únicamente algunos de estos aspectos, pero igualmente favorecen el desarrollo de la creatividad. La creación es un proceso complejo, que implica no solo generar ideas, sino planificar un proceso y concretarlo en una propuesta musical.

El siguiente diagrama muestra el proceso creativo completo, aunque es posible trabajar las etapas de forma independiente y en distinto orden.
 

  • Reflexionar y contextualizar

La reflexión es parte integral del proceso de crecimiento musical y personal de los estudiantes. Este eje abarca el pensar y analizar acerca de la actividad musical en el aula y también comprender el fenómeno musical en diferentes lugares y culturas, y el contexto en que se originan. Es fundamental que los alumnos, mediante el contacto con expresiones musicales, puedan a la vez conocer y apreciar sus propias fuentes culturales y respetar las de otros, ampliando así su visión tanto de la expresión musical como de la diversidad humana.

Reflexionar: La reflexión implica que cada estudiante debe ser capaz de descubrir y comunicar, a la altura de su edad, qué y cómo ha podido aprender de la actividad musical, de sus compañeros y de sí mismo. Esto le permitirá ampliar su visión del mundo y profundizar en el autoconocimiento y en el desarrollo del pensamiento crítico respecto de sus propias creaciones y audiciones.
Relacionar los elementos y los procedimientos musicales con su propósito expresivo, y la música con otros medios artísticos y con otras áreas de aprendizaje, es también parte fundamental de este eje. Mediante la reflexión, los alumnos descubrirán que actitudes como la atención, el respeto, la tolerancia y la solidaridad permiten un buen desempeño en la escuela y en otras dimensiones de su vida.

Contextualizar: La contextualización se relaciona con el hecho de que las distintas músicas surgen en un entorno geográfico, histórico, social y cultural específico; de ahí la importancia de conocer cómo han formado y afianzado identidades en las diversas latitudes y épocas. Cada alumno es portador de diversas experiencias musicales, propias de su contexto familiar, social y cultural, y estas experiencias aportarán e influirán en la actividad musical de toda la clase. Poner en común las distintas experiencias tiene como fin desarrollar una actitud de interés y respeto frente a otras manifestaciones musicales y culturales, comenzando desde las de sus pares, la de su comunidad y país, hasta la de otros lugares y tiempos. En consecuencia, es fundamental conocer, estudiar y valorizar las diferentes expresiones musicales locales y regionales, como una forma de acercarse a la reflexión musical desde el propio contexto de los estudiantes

2. Actitudes

Las bases curriculares de Música promueven un conjunto de actitudes para todo el ciclo básico, que derivan de los Objetivos de Aprendizaje Transversales (OAT). Dada su relevancia en el aprendizaje, estas se deben desarrollar de manera integrada con los conocimientos y las habilidades de la asignatura.

Las actitudes aquí definidas son Objetivos de Aprendizaje, que deben ser promovidos para la formación integral de los estudiantes en la asignatura. Los establecimientos pueden planificar, organizar, desarrollar y complementar las actitudes propuestas de acuerdo a las necesidades de su propio proyecto y su realidad educativa. Las actitudes a desarrollar en la asignatura de Música son las siguientes:

a) Demostrar disposición a desarrollar su curiosidad y disfrutar de los sonidos y la música.
b) Demostrar confianza en sí mismos al presentar a otros o compartir su música.
c) Demostrar disposición a comunicar sus percepciones, ideas y sentimientos, mediante diversas formas de expresión musical.
d) Reconocer y valorar los diversos estilos y expresiones musicales.
e) Reconocer la dimensión espiritual y trascendente del arte y la música para el ser humano.
f) Demostrar disposición a desarrollar su creatividad, por medio de la experimentación, el juego, la imaginación y el pensamiento divergente.
g) Demostrar disposición a participar y colaborar de forma respetuosa en actividades grupales de audición, expresión, reflexión y creación musical.

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